Una capacidad polémica y llamativa en las videntes buenas
La capacidad de la videncia se mueve entre dos frentes. Las críticas de los que argumentan la falta de fundamentos en la ciencia física de esta capacidad. Y por otro lado la expectación de los medios de comunicación con los casos más llamativos de manifestación pública de este fenómeno. Polémicas aparte estamos ante un hecho social que pone de relieve los márgenes más difusos de la realidad. En esta práctica tenemos que destacar las videntes buenas ó profesionales que llevan muchos años prácticando esto.
La opinión pública está influida por esta tensión constante de opiniones sobre las formas de conocer los acontecimientos que aún no se han producido. Anticiparse en el tiempo es romper con una de las barreras más sólidas del mundo físico. Este es uno de los atractivos más estimulantes de esta real o pretendida capacidad.
Las videntes poseedoras de un don especial pueden verbalizar de una forma más o menos clara eventos que llegarán pasado un tiempo.
El vidente que más fama ha acumulado de todos los tiempos ha sido Nostradamus. Sus famosas cuartetas necesitan intérpretes que trasladen al lenguaje común una forma de narrar llena de símbolos y de un lenguaje críptico.
Las videntes modernas poco tienen que ver con esta imagen popularizada por los medios sociales. Su labor es mucho más asumible por un amplio sector de la población. Están dotadas de una sensibilidad especial para anunciar lo que de alguna forma ya se manifiesta en el presente. Es un impulso natural por seguir el hilo de los acontecimientos hasta remontarse en el flujo energético que los produce.
Las experiencias que permiten adivinar el porvenir
Todos hemos tenido presentimientos relacionados con hechos producidos tiempo después. La muerte de un ser conocido que por su edad, enfermedad o malas condiciones físicas no sorprende a nadie. El pálpito está orientado en el sentido que la naturaleza manifiesta, aunque sin poner límites ni fechas.
En algunas ocasiones son los miembros más jóvenes de la unidad familiar los que ponen de manifiesto un hecho desconcertante que después se produce. En estos casos no hay explicación, son bastante más frecuentes de lo que parece. Para muchas videntes su carrera profesional comienza en estas experiencias de su vida particular a muy tierna edad.
La práctica y un sentido aprendido de comunicar sensaciones es lo que da a estas profesionales un atractivo que les reporta clientes y seguidores. Son las llamadas videntes buenas, las que han reconocido ser poseedoras de un don y han sabido ponerlo al servicio de los demás.
El prestigio singular de un servicio público autosustentado
Una vidente no tiene un colegio profesional detrás que avale su trayectoria, conocimientos o habilidades.
Es el desempeño satisfactorio para un público extenso que las sigue con atención. Son su mejor aval, una trayectoria ganada a pulso al frente de un gabinete de videncia o de un servicio online.
Después vendrán las interpretaciones que se den a los aciertos innegables en sus predicciones. Que tendrán que congeniar con el sentido que se tenga de la vida. La filosofía que elaborada por cada individuo o adquirida de la cultura en la que nace es la cuna de las creencias. Y hay hechos en la realidad que las acompañan a casi todas.
¿Conoces a una vidente buena, que realmente sea de fiar?
Esta es una de las preguntas que más habitualmente nos encontramos en Internet. Lo primero que tenemos que hacer para encontrar una “vidente buena” es definir exactamente lo que nos referimos con este término.
Nosotros entendemos que una vidente es buena cuando consigue crear un servicio con la mejor relación entre calidad-precio.
Existen algunas videntes que se aprovechan de los problemas de los clientes para conseguir que se mantengan el máximo tiempo posible al teléfono (por lo tanto, cobrarán más, a pesar de que no están dando el tipo de servicio que el usuario necesita).
Una vidente buena te ayudará, te servirá de guía para poder sortear esos obstáculos que se te puedan haber puesto en el camino. Además, podremos consultarle cualquier tipo de duda que se nos puede llegar a ocurrir, desde temas amorosos, preguntas relacionadas con la salud, con el dinero, o cualquier otro tipo de situación de nuestra vida.
Como recomendación personal, deberías de elegir a una vidente buena que te ofrezca el sistema de pago a través de la tarjeta VISA. Esto tiene su razón de ser porque nosotros podremos controlar lo que vamos a pagar por el servicio: es decir, con antelación elegiremos el tiempo que va a durar la llamada (por ejemplo, 20 minutos de servicio nos puede costar tanto dinero).
En el caso de que nos demos cuenta de que la llamada va a durar más de lo que habíamos pensado, podemos hablar con la “vidente buena” con el objetivo de volver a utilizar la tarjeta para ampliar el tiempo de la consulta. Digamos que el cliente tiene un mayor control sobre la situación, le ayudará con lo que realmente necesita y, además, no tendrá esa sensación de haber sido estafado.
Por todas estas razones, elegir a una “vidente buena” de siempre una opción segura.